¿Quién es Dios?
“Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicarán.”
Esta es una de las preguntas más profundas que ha turbado muchas personas a través de los siglos. Muchos has batallado por descifrar este enigma y con todos los avances modernos, todavía estamos enfrentados con esta simple pero categórica interrogación.
No hace muchos días, yo presenté esta inquietud a un grupo de 25 personas en nuestra iglesia y sus respuestas fueron variadas. Algunos incluyeron palabras cómo: Salvador, Padre, Proveedor, Guía… pero la repuesta más común fue “Creador.” Quizá esto no es tan sorprendente siendo que aun los que no conocen a Dios personalmente están inclinados a reconocer que “todo viene de algo.”
Mis respuestas a esa misma cuestión incluyen las palabras “creador,” “preservador” y “gobernador” pues la segunda doctrina del Ejército de Salvación dice que “creemos que hay un solo Dios, Quien es infinitamente perfecto, Creador, Preservador y Gobernador de todas las cosas y que es a Él sólo a quien se debe rendir culto religioso.”
Cabe entonces continuar en la investigación preguntando ¿qué significa creer en todas estas descripciones delineadas en esta doctrina? Para asegurarnos de que realmente podemos catalogar a Dios de esta manera, debemos entender que quieren decir todos estos conceptos.
El diccionario de Merriam-Webster define la palabra creador como uno que trae a la existencia algo original o nuevo. En Génesis, capitulo 1, Dios mismo se presenta como el origen de todo lo que existe. La Biblia nos relata cómo Dios hizo toda la realidad que conocemos (y aún estamos descubriendo cada día) apareció a Su orden; de lo vacante al expansivo universo lleno de curiosidades.
En el planeta Tierra, Dios trajo vida. Todo lo que crece, se desarrolla y propaga surgió por el impulso divino. Y la parte central de todo este material vivo fue la humanidad. Dios creó a Adán del inerte polvo, soplando el espíritu de vida dentro de ese finito envase. (Cada vez que inspiramos aire, simulamos este maravilloso milagro.)
Sumando al irreprensible don que nos llega con el primer respiro es el ennobleciente hecho de que Dios nos creó en Su propia imagen. Cuando Dios creó todas las cosas, las aprobó al ver que todo lo que hizo era bueno. Sólo al final del sexto día, después de haber coronado la Creación su más excelente obra, Dios exclamó: ¡esto es muy bueno! (Génesis 1:31)
Siendo que fuimos hechos en Su imagen, yo creo que cuando Dios miró a Sus criaturas entretenidas en el Edén, Dios sintió un orgullo santo. Así como nosotros, cuando miramos a nuestros niños, se enciende en nuestro corazón un profundo gozo. Pienso que es una replicación del sentimiento divino cuando admiramos a nuestra descendencia.
Cuando venimos a la palabra preservador no es una que utilizamos muy a menudo estos días. Pero todos comprenderíamos que, si Dios creó todas las cosas, con el mismo afán se dedicaría a mantener lo que hizo. Su amor se extiende después de haber traído a la existencia todas las cosas y cada persona dándoles seguridad, previniendo su daño, lesiones y en gran manera nuestra destrucción. Desde el comienzo, Dios ha sido y continúa siendo el que otorga y preserva toda vida. Él nos vigila con Su tierno amor, nos protege con Sus poderosas manos y nos guía a través del Espíritu Santo.
Aquí es donde algunos nos preguntan, ¿acaso Dios previene todo tiempos difíciles? ¿No vemos a diario, en algún rincón del mundo, una pestilencia o un terrible desastre? Y la verdad es que Dios no previene todos los vendavales que asedian nuestras vidas. Pero siempre camina con nosotros, y ¡siempre abre un camino para nosotros cuando llamamos Su nombre!
El mismo diccionario de Merriam-Webster define a un gobernador como la persona que ejercita autoridad sobre un área o grupo. Dios creó todo lo que existe, una magnifica estructura que soporta y opera todo lo que vemos… ¡y aún más allá de lo que no vemos! Sus leyes rigen y administras todas las cosas, continuando su existencia.
Los que conocemos a Dios personalmente, lo llamamos Rey de reyes pues el Antiguo y Nuevo Testamentos lo demuestran como tal. Página tras página nos describe Sus proezas y proclaman Sus destrezas. Salmos 22:28 concuerda: “porque de Jehová es el reino y Él regirá las naciones.” Jesús reafirmó esa verdad cuando nos enseñó a orar. En ese esquema nos dictó que el Reino era de Dios. Y esa oración termina con un gran aplauso: “porque Tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén.” (Mateo 6:13)
Así pues, Su palabra no insta a reconocer que Su autoridad es sobre todas las cosas, sobre nosotros y Sus leyes no ayudan a vivir sanamente y en armonía. Pero cabe recordar que Su soberanía se detiene a la puerta de nuestros corazones. Cada persona puede elegir el reconocer Su reinado. Cada persona pueda escoger el aceptar el gobierno de Dios sobre sus vidas.
Cuando nos ponemos a pensar en Dios como nuestro Creador, Preservador y Gobernador, eventualmente le veremos como el único “a quien se debe rendir culto religioso.” No hay nadie más, ni ninguna otra cosa, que es tal benevolente y bondadoso como Dios. Ninguno puede proveer como Él.
Y el factor más curioso es que Dios nos creó para tener una relación íntima y personal con Él. Nos hizo para que le conozcamos, descubramos de Su infinito amor y para que le alabemos. Isaías 43:21 dice “Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicarán.” Esto no lo hizo porque necesitara adoración sino porque Dios desea compartir con nosotros de Su bondad y amor.
¿Quién es Dios? ¡Este inmutable soberano, amante protector que quiere proveer lo que necesitas hoy y por la eternidad!